17 de diciembre de 2013

Juego de cartas.

El calendario continua avanzando, la vida sigue pasando y el amor siempre sigue lastimando. El destino jugandote una mala pasada. ¿Por qué la felicidad nunca llega a mi ser? El pecho vuelve a experimentar esa tan agónica sensación de angustia, dolor, soledad. De manera diferente, desde otro punto de vista, donde todo es real. Donde el corazón sí es malditamente correspondido, pero desearía no serlo. Pero a la vez, no es de tu propiedad y aun que no lo quieras con vos, te molesta. Desearía que esta historia sea un simple sueño, y curiosamente es allí, justamente en los sueños donde no importa el ayer, ni el mañana. Solo el hoy. Allí pueden vivir libremente. Sin culpas ni lamentos, sin inseguridades ni remordimientos. Pero luego despiertan y la realidad los cachetea. Experimentas sentimientos que no deberías, preferís sufrir en silencio, no lastimar a nadie, solo a vos
No es justo que el destino nunca te tire buenas cartas. ¿Para cuándo el ancho de espada? Me canse de cuatros innecesarios. de manos sin sentido. Y cuando te llega un 7 de espadas, tenes que cortar la jugada y devolverlo al mazo, donde será tomado de allí para no volver jamás. Y ahí lo ves, irse, queriendo haber jugado esa mano con vos, pero vos no se lo permitiste, no pudiste, no ¿quisiste?. Es así como volves a tu miserable y vacía existencia, el blanco perfecto del destino, cuya tarea es nunca dejarte ser feliz. Es cuestión de mezclar, y rezar para que en la próxima mano, quizás tengas un poquito de suerte.

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