Sufro en soledad las miserias que yo escondo.
Y acá estoy, estallando en llanto, empapando mi almohada, la única testigo de mi dolor. Me lo prometí a mi misma, pero las promesas se rompen. Sufrirlo sola duele el doble, por no querer herir a nadie me estoy hiriendo yo sola y ya no aguanto más. El nudo que siento en el pecho ya está demasiado enredado y siento que nada ni nadie lo puede desenredar. Desearía controlar mis sentimientos, desearía que por primera vez en mi vida alguien realmente me ame, se preocupe por mi, me brinde fidelidad, cariño, el afecto que tanto necesito y tanto niego necesitar. Me aferro a mi lema de 'sola estoy mejor' pero me miento, te miento, nos miento. Cansada de ser una simple observadora, una televidente de historias de amor, anhelando lo prohibido. Quiero ser la protagonista de mi propia película, quiero ser feliz, ¿es mucho pedir? Pero querer, anhelar, pedir es fácil. Las circunstancias de la vida no siempre son las que deseamos, en este momento diría que ni se acerca a mis mas profundos deseos. Estoy triste, muy triste. Porque en esta historia no es solo 'otro' el culpable, si no que también lo soy yo, cargo con el dolor, pero también con la culpa. Y lo sufro en soledad, me juzgo cada día de mi vida a mi misma, torturándome con mis pensamientos. No doy más, en serio, no doy más. Y quisiera que alguien, algún día, me pueda entender.